Los semidioses se encontraban reunidos creando al ser humano, se distrajeron y se les quedó la masa demasiado rigida. El dios supremo se indignó. Atemorizados, sin saber qué hacer, alguno de ellos propuso coger la masa y romperla en trozos pequeños. Así nació el esqueleto, un conjunto de escisiones, de rupturas que constituyen la esencia del movimiento humano y su ubicación en el espacio. De la misma manera, con la conciencia, nosotros cortamos el tiempo, descomponemos la percepción y esculpimos un mundo imaginado. Establecemos una división entre presente, pasado y futuro.
PRELUDIS se basa en el ser humano y su relación cíclica con el tiempo, uno de los misterios universales más seductores que, tarde o temprano, todo individuo se cuestiona. Partiendo del cuerpo, la mente y las emociones, PRELUDIS -un instrument imaginat- hace un recorrido a traves del tiempo y expresa, de una manera sencilla y profunda, cómo el cuerpo se convierte en el propio instrumento del bailarín; un instrumento imaginado sobre el que construye su universo danzante. El espacio escénico representará un reloj, con las horas marcadas por doce objetos que serán manipulados por el bailarín, como si se tratara de una prolongación de su movimiento.
El espectáculo se estructura en torno a una selección de preludios para piano de cinco grandes compositores: Bach, Chopin, Debussy, Mompou y Carles Santos. Gelabert busca la esencia de estas piezas musicales para dibujar cinco atributos básicos del ser humano. Cesc Gelabert plantea este espectáculo como un punto de reflexión, una mirada sobre si mismo que sintetiza 30 años de trabajo sobre el escenario. Como bailarín y coreógrafo, quiere compartir este momento con dos colaboradores básicos en su troyectoria profesional: Frederic Amat y Carles Santos. La danza temperada de este solo, con movimientos perfectamente codificados, demuestra que Gelabert ha llegado a un estado de madurez. PRELUDIS es, en definitiva, el resumen de una experiencia.