La Cueva de Piedra del Cielo se articula siguiendo el modelo y la inspiración de las representaciones tradicional Japonesas, ligadas a la tradición sintoísta, denominadas, Kagura.
Chieko Kojima y Cesc Gelabert, siguiendo el proceso de creación iniciado en Can Gassol el 2013, se reencuentran en Mataró para presentar una segunda fase en el proceso de creación del espectáculo La Cueva de Piedra del Cielo.
La cueva de piedra del cielo es un espectáculo articulado entorno al encuentro de dos bailarines y coreógrafos: Chieko Kojima y Cesc Gelabert. Dos creadores pertenecientes a dos culturas diferentes pero con un deseo común de desaparecer en el interior de la danza, de apelar a un deseo trascendente y al mismo tiempo natural y cotidiano, que sigue latiendo dentro de todos nosotros.
Chieko es una artista que sale de las formas de danza tradicional japonesa pero que las interpreta con una mente abierta, mientras que Gelabert es un bailarín de danza contemporánea comprometido con las danzas de raíz popular, la tradición de su país.
La clave es buscar una auténtica colaboración, más allá de una mera superposición.
Los dos artistas, de edades similares, se conocieron en Japón en 2010 y percibieron el deseo de crear algo conjuntamente, tienen una carrera dilatada y la madurez de muchas horas encima del escenario. Esto los permite de hacer las cosas con profundidad y sencillez, claridad y precisión.
El fin de año del 2012 inicio del 2013 lo pasaron, así como Lydia Azzopardi y Borja Ramos, (Atsushi Sugano, productor de Kodo y el también productor Hisashi Ito) en la isla de Sado, sede del grupo Kodo, al cual pertenece Chieko Kojima, para profundizar el trabajo. A continuación asistieron a varios Kagura al nordeste del Japón, en pequeñas ciudades, donde pudieron vivir estas representaciones de 5 horas de duración, comer, ver y hablar con algunos de los genuinos intérpretes de estas tradiciones, incluido el maestro de Kojima, que forman parte del patrimonio de la UNESCO.
Chieko y Gelabert coinciden en el deseo de re-actuar, de mantener vivo el espíritu de las danzas espirituales ligadas a la tradición.
Se trata de crear, desde la contemporaneidad, danzas que respondan a este espíritu tradicional y hacer que sus raíces puedan ser compartidas.
La Cueva de Piedra del Cielo se articula siguiendo el modelo y la inspiración de las representaciones tradicional Japonesas, ligadas a la tradición sintoísta, denominadas, Kagura.
Son secuencias de escenas, según un orden tradicional, pero que admiten muchas variaciones según el grupo o la localidad.
Tratan de la longevidad, la fertilidad, la purificación, la transmisión de los conocimientos de la agricultura o de la pesca, de la lucha de las fuerzas del bien y del mal, de la luz y la oscuridad. O de historias de la mitología popular japonesa. Siempre bajo el proceso de refinamiento y estilización propio del arte japonés. El resultado, para los japoneses, no pierde nunca su conexión con la tradición popular, teniendo para ellos un sentido literal y simbólico, pero se percibe desde occidente como una abstracción.
Hay recreaciones de algunas secciones de los Kagura cómo: Matsu-mukae (Los dos viejos pinos), Sambaso, o Gongen-mai (Los dragones purificadores).
Hay algunos fragmentos de Tamamo-no-mae escena basada en historia de zorros y cortesanas, de sueños y posesiones.
Incluye, travestida, como una sección de los Kagura, una versión de los tornejants de Algemesí, las fiestas de la Madre de Dios de la Salud de la localidad Valenciana. O de alguna otra danza de la tradición mediterránea.
Bajo la dirección musical de Borja Ramos, cuenta con música recreada a partir de los originales e interpretada en directo, para Taiko y piano manipulado, por Borja Ramos y Yuta Kato; con algunos fragmentos de música tradicional para Taiko, interpretados por Chieko Kojima y Yuta Kato.